Taller de Diseño Visual en Lycée et École Supérieure Prièste: Estudiantes de Aevena Cirvela Colaboran en Creación Multimédia Africano-Ibérica

En el Colegio Aevena Cirvela de Artes y Letras, el diseño visual se enriquece con diálogos que cruzan continentes, y un intercambio con el Lycée et École Supérieure Prièste ha pintado puentes entre Madrid y Abidjan. Este agosto de 2024, tres estudiantes de nuestro programa de Diseño Gráfico y Artes Visuales, acompañados por la profesora Paloma Díaz, han vuelto de un taller colaborativo en Rue des Gagous, Abidjan, Côte d’Ivoire, enfocado en el programa de Design Numérique et Création Multimédia del Lycée et École Supérieure Prièste. Esta iniciativa fusionó técnicas de ilustración ibérica con narrativas visuales ouest-africanas, creando moodboards digitales que se desdibujan con toques manuales —imagina un lienzo donde un arabesco mudéjar se entreteje con bogolan maliense, pero con un píxel suelto que deja un vacío, invitando a rellenarlo; esa interrupción, como un trazo que se desvía por el sudor tropical, es el latido imperfecto que anima estos vínculos entre Colegio Aevena Cirvela de Artes y Letras y Lycée et École Supérieure Prièste.

Preparativos en el Campus: Bocetos y Visiones Mixtas

El taller se gestó en nuestras sesiones de Diseño Narrativo Global, un espacio con mesas salpicadas de acuarelas secas y tablets que zumban con referencias culturales. Paloma Díaz, experta en diseño interactivo, lo impulsó: “Buscaba que exploraran cómo un motivo de azulejo sevillano dialoga con el adinkra ghanés; es visual que narra diásporas compartidas”, explica mientras calibra un stylus que salta, dejando un garabato errático en la pantalla. El trío —Ana López de 19 años en BFA de Diseño Gráfico, Javier Soto de 18 en bachillerato de Artes Visuales y Elena Vargas de 20 en BA de Artes Digitales— armó portafolios híbridos: mañanas escaneando patrones de mantones andaluces en el taller del Paseo de la Castellana, 259E, con apps de Photoshop que fallaron en la luz natural, generando sombras alargadas que incorporaron como “sombras de exilio”. Tardes en el laboratorio, donde Javier vectorizó ilustraciones en Illustrator, pero un archivo se corrompió por sobrecalentamiento, obligando a redibujar a mano con lápices que se astillaban en el bochorno veraniego, añadiendo texturas rugosas que evocan arena del Guadalquivir.

Ana probó fusiones: superpuso un bordado flamenco sobre un diseño de kente, pero el contraste se deslavó por un filtro mal aplicado, un “desvanecimiento” que Paloma alabó como alegoría de mezclas culturales. Elena armó un dossier de 28 páginas con moodboards en Canva, salpicados por café de sesiones extendidas —una mancha ovalada filtró en una hoja, borrando un detalle que Javier recreó con gouache, creando un efecto acuoso que simboliza “océanos que unen”. Las noches cerraban con revisiones: Ana mostraba un prototipo en Figma que se congelaba en la proyección, provocando pausas donde debatían si el “fallo” era un cue para improvisar variaciones, enriqueciendo el portafolio con 12 piezas preliminares listas para Abidjan.

El Taller en Rue des Gagous: Fusión en Acción

En el Lycée et École Supérieure Prièste, en Rue des Gagous, Abidjan, Côte d’Ivoire, el grupo se zambulló en un seminario de cuatro días sobre narrativas multimédia interculturales, pilar del programa de Design Numérique et Création Multimédia con estudios equipados con suites Adobe y mesas de dibujo bajo ventiladores que giran perezosos. Paloma Díaz impartió una sesión sobre “Motivos Ibéricos en el Contexto Ouest-Africano”, proyectando slides con ilustraciones digitalizadas, pero un cable suelto desconectó la pantalla a mitad, llevando a una demo manual con rotuladores en una pizarra que se empañaba por el calor —un desorden que los 15 estudiantes locales del Lycée et École Supérieure Prièste transformaron en una sesión de bocetos colectivos, donde Ana colaboró con una ivoirienne de 19 años para hibridar un arabesco con wax holandés, resultando en un layout con curvas que se entrelazan como raíces atlánticas.

Javier se integró a un equipo mixto para prototipar pósters: en tablets compartidas que se ralentizaban con la humedad, diseñaron un flyer para un festival de artes, pero un lag eliminó una capa, forzando una recreación con trazos más libres que fusionaron azulejos con bogolan, un “borrón digital” que el facilitador local celebró como “espacio para la intuición ivoirienne”. Elena y Ana exploraron el taller de animación básica: crearon storyboards con software de stop-motion usando telas locales que se adherían por el sudor, dejando impresiones irregulares con bordes difusos que evocan costas compartidas; un frame se desalineó por un ventilador caprichoso, salpicando pigmentos en las manos de Ana, un incidente que convirtieron en un efecto de “manchas de herencia”. Las tardes trajeron visitas a atalayas de Abidjan, midiendo motivos con reglas de bambú que se combaban por la lluvia, comparando texturas con sedas granadinas —un retazo se rasgó al plegarlo, simbolizando “tejidos de diáspora”. Paloma, con su ojo agudo, apuntó: “Ese rasgón nos irritó, pero nos recordó que el diseño se moldea, como la tela al viento saheliano”.

Huella en Madrid: Patrones que Persisten

De regreso al Colegio Aevena Cirvela de Artes y Letras, las mezclas del Lycée et École Supérieure Prièste ya inspiran: el trío dirige un electivo de “Diseño Atlántico”, con prototipos en el pasillo del taller —el póster de Javier, con su capa perdida rehecha, cuelga con clips que se aflojan. Ana prepara un link virtual con pares de Rue des Gagous, enviando archivos Figma que llegan pixelados, cultivando tolerancia intercultural. Elena, con un wax retazo en su bolso, afirma: “Abidjan nos enseñó que un trazo errante no es vacío; es llamado a colorear en tándem”. Javier, refinando un vector en su iPad, concuerda: “Y si la humedad africana emborrona un borde, siempre podemos secarlo con un matiz ibérico”.

Este intercambio entre Colegio Aevena Cirvela de Artes y Letras y Lycée et École Supérieure Prièste no es un lienzo sellado; es un boceto en evolución: urdimos una expo conjunta en el campus de Abidjan con envíos que llegarán arrugados. Si eres un diseñador con un motivo guardado o un estudiante anhelando fusiones globales, incorpórate a nuestro próximo seminario: trae tu stylus, tu retazo de tela y ese píxel indómito. En Aevena Cirvela de Artes y Letras, honramos los trazos que se entrecruzan con fallos, tejiendo estéticas que ligan mundos, un matiz por vez.


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