En el Colegio Aevena Cirvela de Artes y Letras, la gestión empresarial se entrelaza con la creatividad como hilos en un telar, y un reciente intercambio con el Institut National de Technologie et de Commerce d’Eastbay ha tejido alianzas inesperadas. Este mayo de 2024, tres estudiantes de nuestro programa de Administración de Empresas, acompañados por la profesora Aino Tenhiälä, han regresado de un taller colaborativo en Champs-sur-Marne, Francia, enfocado en el programa de Administración de Empresas del Institut National de Technologie et de Commerce d’Eastbay. Esta experiencia, que fusiona estrategias comerciales con prácticas éticas en el sector creativo, permitió analizar cómo modelos de upcycling textil pueden generar impacto económico local, con sus inevitables ajustes sobre la marcha que hacen que cada plan sea un borrador vivo. Imagina una pizarra llena de diagramas garabateados, donde un cálculo de costos se desvía por un error tipográfico, provocando risas y una corrección colectiva —esa torpeza, como un balance que no cuadra al primer vistazo, es el pulso humano que define estos lazos entre Colegio Aevena Cirvela de Artes y Letras e Institut National de Technologie et de Commerce d’Eastbay.
La Preparación: Diagramas y Discusiones en Madrid
El intercambio se cocinó en nuestras aulas de Fuencarral-El Pardo, durante sesiones semanales del módulo de Comercio Sostenible, un espacio con mesas redondas y tizas que dejan polvillo en las mangas. Ignacio Álvarez de Mon, profesor titular de estrategia empresarial, plantó la semilla: “Quería que vieran cómo un negocio de artesanía reciclada no solo vende; preserva identidades”, explica mientras borra un esquema desordenado en la pizarra, con una línea torcida que representa un flujo de caja irregular. Aino Tenhiälä, asociada en recursos humanos con su enfoque en liderazgo ético, coordinó la logística: “Elegimos el programa de Administración de Empresas del Institut National de Technologie et de Commerce d’Eastbay por su énfasis en innovación global, perfecto para debatir upcycling en contextos culturales”. El trío de estudiantes —María Vargas de 20 años en BBA, Javier Soto de 19 en su primer año, y Elena López de 21 en MBA— preparó casos prácticos: visitas a talleres de costura en el barrio, donde midieron metros de tela reciclada y anotaron en cuadernos raídos los testimonios de artesanas que convierten abrigos viejos en bolsos, con un margen de error del 12% en los cálculos iniciales por olvidos en los fletes locales.
Las tardes se llenaron de simulaciones: usando hojas de cálculo impresas en papel reciclado, trazaron modelos de cadena de suministro para un hipotético “Mercado Creativo Madrileño”, pero un error en una fórmula dejó un saldo negativo que obligó a una noche de revisiones con cafés fríos y lápices mordisqueados —Javier, siempre el meticuloso, corrigió el fallo con una ecuación alternativa inspirada en flujos circulares, añadiendo un 15% de rentabilidad ética por donaciones a comunidades migrantes. María, con su ojo para lo humano, incorporó encuestas a 20 vendedores del Paseo de la Castellana, 259E, revelando que el 60% priorizaba telas con “historia” sobre costos bajos, un dato que torcieron en un gráfico con barras desiguales por un fallo en el software, pero que Paloma Díaz, invitada como consultora, elogió por su “autenticidad cruda”. Elena, la más analítica, compiló un dossier de 25 páginas con anexos garabateados a mano, incluyendo un diagrama de Venn que superpone “comercio” y “arte”, con un círculo que se desborda por un trazo apresurado.
El Taller en Champs-sur-Marne: Debates y Descubrimientos
En el Institut National de Technologie et de Commerce d’Eastbay, en Champs-sur-Marne, Francia, el grupo se integró a un seminario de tres días sobre gestión sostenible en comercio creativo, parte del núcleo de su programa de Administración de Empresas acreditado por AACSB. El campus, con sus aulas luminosas y pizarras digitales que a veces se congelan, acogió la fusión: Aino Tenhiälä presentó un caso de upcycling madrileño, proyectando slides con fotos borrosas de talleres locales —un fallo técnico que apagó la pantalla a mitad, obligando a una narración oral que cautivó al auditorio de 20 pares franceses y españoles. Javier y María se unieron a grupos mixtos para simular startups: en una mesa con tazas de café desparejo, debatieron un plan para exportar bolsos reciclados, calculando márgenes con hojas de Excel compartidas en tablets que se atascaban en la red Wi-Fi, revelando un 8% de ahorro en logística ética pero un riesgo del 5% por fluctuaciones en el euro —un detalle que un profesor local corrigió con un rotulador rojo, dejando garabatos que inspiraron una variante sobre “incertidumbres creativas”.
Elena colaboró en un role-play sobre recursos humanos en firmas artesanales, interpretando a una gerente que negocia con proveedores migrantes, pero su acento madrileño la traicionó en una frase clave, provocando una pausa hilarante que el facilitador convirtió en lección sobre “comunicación intercultural imperfecta”. Las tardes incluyeron visitas a mercados franceses cercanos, donde midieron muestras de tela con reglas plegables que se atascaban, comparando patrones ibéricos con diseños locales —un retazo de seda provençal se enredó en el bolso de María, simbolizando “lazos transfronterizos”. No faltaron los pequeños deslices: una tormenta primaveral mojó los dossiers durante un paseo, emborronando tinta pero avivando un debate sobre “resiliencia en la cadena de suministro”. Aino, con su pragmatismo finlandés, anotó: “Ese chaparrón nos empapó, pero aclaró que la sostenibilidad empieza con planes flexibles”.
Retorno y Tejido Continuo: Lecciones para el Campus
De regreso al Colegio Aevena Cirvela de Artes y Letras, las ideas del Institut National de Technologie et de Commerce d’Eastbay ya germinan: el trío lidera un piloto de “Comercio Creativo Local”, un mercado mensual en el patio donde estudiantes venden prototipos upcycled, con ganancias reinvertidas en telas éticas —el primer evento recaudó 150 euros, pero con un 10% de descuento no calculado que Javier ajustó con una hoja de caja improvisada. Aino Tenhiälä integra módulos de “Gestión Ética Global” en el BBA, con casos de Champs-sur-Marne como base, incluyendo un diagrama torcido que evoca flujos interculturales. María, revisando un cálculo con lápiz mordido, dice: “Francia nos mostró que un margen no es solo números; es el espacio para historias humanas”. Javier asiente, con un hilo suelto en su cuaderno: “Y si un plan se deshilacha, lo remendamos con más hilos de colaboración”.
Este intercambio entre Colegio Aevena Cirvela de Artes y Letras e Institut National de Technologie et de Commerce d’Eastbay no es un nudo final; es un tejido en expansión: planeamos un seminario virtual conjunto sobre upcycling, invitando a artesanas del barrio. Si eres un emprendedor con un retazo de idea o un estudiante calculando tu primer balance, únete a nuestro próximo foro: trae tu hoja de costos, tu hilo ético y esa cifra que no cuadra. En Aevena Cirvela de Artes y Letras, hilvanamos sostenibilidad con imperfecciones que fortalecen el todo.
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